miércoles, 1 de junio de 2011

Crítica a la voluntad de vivir.

La vida en la tierra se debe gracias a una simple razón: la voluntad de vivir.
Sino fuera por esta extraña causante, fuente de energía, motivación inhata para continuar a travez del tiempo, tomando decisiones, interactuando con otros objetos que tienen o no el mismo deseo de perpetuar la vida, qué sería la realidad?La vida se crea así misma, se auto celebra, la vanidad de cada ente viiviente es una fantasia ególatra.
Cuando hablamos de seres vivos: plantas, insectos, hongos, elefantes, etc. Nos referimos a los objetos animados, pedecederos como unidades o partes de un ecosistema, piezas necesarias para otras formas de vida. Tomando los incontables ejemplos de propagación de la vida en el planeta es evidente el comportamiento expancionista que toman las especies. Abatiendo a los debiles, criando a los congeneres, viviendo de la muerte de otros.
La vida es una energía agresiva e incansable que utiliza todos los artífices posibles para expanderse. Creando seres cada vez más complejos, con nuevas y mejores habilidades para aumentar su población. Cuando el mar estuvo completamente poblado, vinieron los pies y patas para domar la tierra firme, una vez controlada la Vida quería más, entonces vinieron las alas para adueñarce de los cielos. Teme por su existencia, guarda cuidadosamente especímenes congelados en lugares lejanos que podrían sobrevivir cualquier catastrofe.
La vida desarrolló su máxima arma expancionista la imaginación, una fuerza creadora, con la capacidad de actuar más rápido, de alterar los patrones y secuencias sin tener que esperar milenios, de esta forma comenzó a poblarse el espacio exterior, una gran victoria para la Vida. Los humanos somos ascesionos de muerte, pues la Vida todo lo quiere, todo lo desea, tiene un apetito insasiable, no habrá tregua hasta que el universo completo palpite.
Tenemos el poder de creación y el poder del entendimiento, pero sobre todo el poder de decidir si queremos seguir siendo ciegos juguetes de lavida, quitarnos los paradigmas, dejar de destruir la tranquilidad del espacio inherte.

Dejemos la voluntad de vivir.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Una pregunta estupida

¿Sabes cuantos somos? Y me refiero al número de individuos que intentamos ser más que los demás. 
Demasiados, todos y cada uno con el objetivo de vencer al prójimo. 
La vida es un hermoso baile de personas atacándose despiadadamente y sin sentido.
Dicho esto, "que suene la música".

Después de todo

Me voy perdiendo poco a poco en las dulces palabras pronunciadas con lentitud y aparente sinceridad. Tu boca me prometía bienestar eterno y yo no pude más que creerte, caer sin imaginar siquiera el dolor que se asomaba a la vuelta de la esquina. Con tanto miedo me entregué me hice tuyo en un todo: en mente, cuerpo y alma; te juro el miedo me consumía, quemaba cada centímetro sin dejar un solo instante de paz. Un dolor continuo, creciente vigente a cada segundo, para mí la vida se convirtió en un viaje a una sala de armas con una venda en los ojos: tenía miedo de extender las manos para palpar mi alrededor pues cualquier trampa mortal o filo infernal podía cortarme de tajo el corazón.
 
Fueron tanas las dudas que traté de resolver, mostrarme siempre fuerte e inmaculado me cansó, me fui convirtiendo en la mentira idónea para ti, pero ese mismo proceso me segregó en cada palabra de apoyo que te otorgué. A fin de cuentas me convertí en una nube de malas ideas con buenas intenciones y cuando todo se desvaneció, me miraste y no resististe la vergüenza de verme como todo lo que fui para ti era un esfuerzo por ser aquello que querías. Por ser perfecto para ti. No te hablé de mis problemas para enfocarnos en los tuyos, para no cargarte con más dudas sobre la vida, para que supieras que tal vez la vida es horrible, los altibajos de cada día pero siempre con el ímpetu de que al menos en mí, en nuestra relación estuvieras segura.
 
Sabes aún después de separarnos cada día se trataba de esperar la respuesta, de añorar lo pasado y tener esperanza inmortal de que entrarías corriendo con la grimas en los ojos diciendo" te amo, te amo. Perdóname y ámame." Cada día transcurrido se convertía en un ladrillo apilado frente a un nosotros. Grité de mil maneras para hacerte ver que yo quería ser rescatado del abismo por ti, por la magia que (según yo) siempre nos había caracterizado. Pasó el tiempo y seguía esperando, día a día te notabas más distante, resignada por decir algo, eso me mató, quedé fulminado de dolor. Si había mantenido una postura de cordura se desvaneció, enloquecí: ¿Dónde quedó el amor eterno que me prometías?, ¿las palabras de fidelidad espiritual, aquella idea de ser tú y yo para siempre?, ¿dónde está el amor que cada día me repetías como obligándome a amarte, cuando era más que obvio que lo hacía?
 
Después llegas tú, feliz como si nada. Al fin feliz, cuando me habías dicho que lo único que te amarraba a esta vida era yo. Primero sentí una dicha indescriptible por ver lo hermosa que te ves feliz, no duró mucho las dudas asaltaron mi cabeza como gotas de aceite en un sartén al rojo vivo. Ahora lo entiendo, todo es tan claro, mi miedo y el ego natural en mí hicieron los celos en algo latente y la duda mi forma de ser. Ahora me doy cuenta de todo. Tengo que cambiar, no sé cómo, pero me no puedo seguir mi vida sin un camino en cual pueda entregar todo sin dudas ni miedo. 
 
Así acaba el "todo", en mí, en mis dudas y la idea de vencer al final del camino. Emprendo la epopégica aventura de ser yo. Ser yo para mí y por mí. Un gran paso he dado, ahora me faltan las fuerzas para seguir.
 
Un beso y buenas noches. 

A costa del viento

Como viento dibujas el pasado;
Viajando ligera en el tiempo,
Sin cargar peso ajeno,
Inventando la ruta
Que te lleve lejos
Del sufrimiento que soy,
Del dolor que he sido.

Como viento rasante en el campo;
Me recuerdas efímero,
Las flores dobladas por el viento,
Nuestras voces ahogadas en silencio.
Los pétalos de colores volando,
Viejos recuerdos desenterrados
Juntos olvido y desprecio, son una sola imagen. 

Como viento en una hoja
creas sonido al pasar sobre mí,
Me haces vibrar con tu persona.
Estoy a tu merced, lo sabes,
Pendo de un pequeño tallo
Frágil, absurdo e inseguro.
Como deseo liberar mi amarre y dejarme llevar por el viento.

Como el viento en mi recamara:
Entras campante cual gran general
En el campo de batalla recién ganado.
Revuelves mis papeles, mis notas
Se mezclan en el piso, sin aviso
Acaricias mi espalda y erizas mis vellos
Todas las noches, con mi ventana abierta, espero al viento.

Resumen de vida

Sin razón para voltear seguí andando con la cabeza baja, sin esperanza para seguir continué hablando en voz baja, sin energía para seguir no paré de respirar; cuando me quede sin opción, me detuve, tomé mi soga he hice un nudo de un lado y la sujete a un rama alta, me ahorqué; me asfixié y morí en silencio, y en el olvido.

domingo, 12 de octubre de 2008

Soy un suspiro

Después de caer una y otra vez me levanto, trato de olvidar de apaciguar el dolor y la angustia. Sentir como la vida se desvanece entre mis dedos, imaginar todas las horas a tu lado sin decir palabra, pensando en el más allá sin hacer hincapié en la tranquilidad inherente al momento.

Pero sigue doliendo ser yo, siempre me prometo lo mismo " no dejar caer las barreras, enterrar el cerco y delimitar perfectamente la línea de seguridad para no sufrir", aún así la rompo o la rompes.

Tú, mujer invisible, canasto de mis sentidos, me atraes y me consumes con tus dulces llamas tibias; me rodean suavemente: pronto sin darme cuenta ya me arrancaste la voluntad soy un tronco más en tu fogata. Me haces cenizas me consumes con cálida tranquilidad.

Pronto me llevará el viento y mis lagrimas se habrán evaporado en tu regazo, en el aire seré un suspiro de aves, en ellas viajaré y conoceré más de lo que jamás hubiera conocido en vida.

lunes, 11 de agosto de 2008

A la sombra de un árbol

Pero si descubro que estoy loco ¿quién me cuidará? Estoy tan cerca de la gente que apenas escucho sus palabras, alcanzo a percibí un tono de pena, no la tengan por mí, estoy bien, no porque parezca desorientado significa que esté perdido.
Trato de entender cómo es posible que tantas personas estén a mi lado sin saber nada de mí, sin siquiera preguntarse quienes son todos los individuos con las que comparte un espacio confinado; combinando la respiración; a ratos lo inhalo yo, a ratos lo exhalas tú.
Cerca, a unos pasos, aún así intocable; la vida inerte no me dice más de lo necesario. Yo quiero escuchar un poco más de lo necesario. Saber un poco más.
Veo en tus ojos la desesperación consumada en recuerdos, miles de palabras perdidas en tu boca. ¿A cuantos has intentado llenar con tu persona?, ¿Cuántos han aparentado escuchar para después revelarte con una sonrisa idiota lo sordos que son?, ¿Cuántos más crees encontrar?
No hay necesidad de indagar entre la masa urbana, no hay prisa para florecer, espera el viento de otoño para volar entre las pirámides; tal vez vuelas sola, tal vez una pluma divague junto a ti, en silencio, con serenidad.
Sonrie3s con confianza, no sé como lo haces; das señales de fortaleza infranqueable con motas de dulzura y un grito implícito de soledad. No puedo ir más allá de donde me lo permitas.
Con cuidado te observo florecer en el decelero; cada persona es un grano de arena incandescente.

"las cosas que no saco se envuelven en mi estomago hasta formar una bola de estambre explosivo. Es cuestión de tiempo antes de la catástrofe; afróntame y libérame. Ayúdame con tu apatía, solo necesitas ser diferente. Reivindica a tu genero; ¡Sálvalos?"

Brillando en la copa de los arboles está la respuesta a todos los problemas. Juntos, tirado al pie de un gran árbol viendo al cielo con atención infinita, pasamos momentos solemnes. Esperando el resplandor que nos quiera por el sendero de la razón y así, al fin, darle sentido a la gran espera.
De esta forma las hojas navegan en el viento revuelto, punteando el cielo multitono que se desvanece en la obscuridad; pero esta vez no hay prisa, duda, miedo, negación, estoy yo; un suave toque en tus labios y despiertas, con un gran alivio y rodeada de marchitas hojas doradas, con el viento susurrando mi nombre.