Pierdo la cordura.

Quisiera gritar, ahogarme, con este sentimiento atragantándome estas ideas, para poder vomitar mi situación asfixiante, regurgitar cada cosa que resido de la masiva por quería.
Cuidara mi interior con una cobertura ácida, cortante y abrasiva.
Cargar un cilindro santificado y escupir llamas de petróleo pegajoso alabable como las mentiras cautivadoras.
Sustituí mis ojos con corazones espinados, indago en mi intestino grueso en busca de mi alma.
Cuidar de ti es mi meta, anda haz la incisión, que comienza en la nariz y termine olvidándose. No dejes que te engañe el aspecto de la navaja, la ciudad late, pero no por ti. Tú eres mía. Despreocuparte, alimenta te de mi. Deja me ser tu sustento .Yo soy tu sangre soy tu salvador.
Ten fe, alábame, llórame, incate y ruega, implora por tu salvación.

Abre la boca, clausura tu individualidad no sirve de nada. Bebe, soy el Señor....
VENENO.

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No sé por qué insistes en reptar en el fango emocional. Con tanta queja. Descarga tus fosas nasales, respira, desintoxícate, renace. El lodo en tus pupilas no permite que entre la luz, la felicidad. Deja de arrastrarte levántate y anda.